27/6/13

Hay veces que no conviene quedarse solos...

Cecilia Lanfri, Gustavo Kreiman, Jorge Pacheco, Florencia Decall.

Por Ivanna Martin
@IvannaMartinTV

Hay que celebrar el teatro que hace pensar, el teatro que nos deja inquietos, que nos provoca y nos induce a la reflexión posterior en ese espacio interno individual que tiene cada uno consigo mismo cuando traspasó las puertas de la sala y volvió a la realidad, a su realidad. El teatro que nos hace pensar es el que coexiste con uno en un plano profundo de interrogantes, conclusiones y respuestas movilizadoras. Es lo que sucede con la obra “Abel, beautiful boy”, escrita y dirigida por Luis Quinteros y que obtuvo el segundo premio en el Concurso Universitario de Dramaturgia Roberto Arlt, Departamento de Artes Dramáticas IUNA y Argentores. El espacio, que siempre ha sido determinante en teatro, es en este caso, el más acertado. Como en un romance perfecto, la sala parece adaptarse naturalmente a la historia y a la imponente teatralidad de la puesta, y no al revés. Fundamental, pero que no siempre sucede y aquí está más que logrado. Un producto escénico consistente, con actores que saben llevar la historia de manera natural, con un valioso trabajo físico-emocional de Gustavo Kreiman (en el rol de Abel); y una exquisita y excelente actuación de Cecilia Lanfri (que interpreta a la madre de Abel). Acompañados por Florencia Decall y Jorge Pacheco, “Abel, beautiful boy” aborda temáticas complejas que van surgiendo lentamente en un ambiente de tensión y suspenso, en el que las intrigas, la corrupción policial y las drogas y -especialmente- los secretos de familia bien guardados van saliendo a la luz a contraluz de las velas, siempre encendidas, siempre apagadas, acompañando esas almas que llegaron a una morada remota en busca de refugio. Y el refugio, que debiera presumirse cálido y contenedor, se convierte en lugar tenebroso en el que surgen sentimientos tan intangibles como la humanidad misma y las emociones que inspira. La familia tipo, estereotipada como ejemplar, queda entonces al descubierto. O casi. Es entonces cuando cabalmente aflora la sensación de que no siempre es bueno quedarse solos, aislados... y en familia. Desde el abismo de las contradicciones, fluye esta historia interesante, bien planteada, y dirigida de manera óptima.


Elenco: Ecléctica Teatro 
Para ver: última función, domingo 30 de junio, a las 21.
Sala: DocumentA/Escénicas (Lima 364) 
Entrada: $ 50 

Luis Quinteros dirigiendo al elenco.

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